Morí
Ayer sentí que me moría o quizás me morí y reviví. No lo se.
Fue tan intenso el estallido que no me doy cuenta si estoy en mi cuerpo o fuera de él. El movimiento comenzó a la mañana temprano.
Pesadez corporal, molestia cerebral y un desplazamiento fuera de lo usual. Me miré en el espejo «Perfecto, estoy reteniendo líquidos». Bajé las escaleras con pasos profundos y cuando llegué a la cocina, EXPLOTÓ.
Si fue la cocina o mi útero no lo tengo claro pero que algo me hirió, eso pasó seguro. El llanto se apoderó de mi cara, la desesperación imploraba piedad. «Ya basta, por favor» «¿Qué me pasa?» «Ayuda»
Supongo que me desmayé o no. Seguía sintiendo dolor y una sensación de querer vomitar mis tripas… «¿Cené anoche?» «No» «¿Qué me habrá caído mal?»
Por la ventana de la cocina un rayo de luz se filtró tímidamente y me dio justo a la altura de los ojos. Sentí la calidez de la voz de mamá y la frontalidad determinante de papá. Me movía. Me estaba desplazando mientras imploraba por algo, por mi, por ellos, por el aire, por la tierra.
Ayer sentí que me moría o quizás morí y reviví. No lo se. Pero cuando abrí los ojos ya no era quién creía, ni estaba donde ayer. No me doy cuenta si estoy en mi cuerpo o fuera de él, pero, no soy quién solía ser.
La luna roja me envistió otra vez.
Mi dolor plasmado en…